Desde hace tiempo, las notas del escritor y periodista Mempo
Giardinelli, me vienen provocando cierto malestar, sobre todo cuando se refiere
a cuestiones políticas, aunque nunca tanto como para no intentar leerlo. Además
de vez en cuando habla de otras cosas y hasta resulta interesante.
Pero la de hoy miércoles 31 de octubre publicada en el diario
Página12, superó mi paciencia, y me aclaró algunos de los puntos que me
provocaban inquina.
En primer lugar, la insufrible pretensión de superioridad intelectual
de tipos como Mempo, que puesto a analizar los resultados de las elecciones del
27 de octubre, no duda en criticar al resto de los analistas, pero termina
haciendo lo mismo que critica, es decir sumar peras con melones, adjudicarles
porcentajes y hasta felicitar a algunos, con criterios absolutamente
antojadizos.
Pero a esto le suma, algo todavía peor, que es su pretendida superioridad
moral, que le permite levantar el dedo señalando a quienes supuestamente
acompaña (en este caso el gobierno nacional) y amén de acusarlos de corruptos,
les tira dos o tres temas que deberán abordar ya mismo, si no quieren pasar a
mejor vida, sin privarse hasta de sugerirle a la presidenta como actuar de acá
en más.
“…….En lugar de autoconsuelos o flagelaciones, deberían
implementar urgentes y profundos giros en cuestiones gravitantes.
Por ejemplo, el ataque a la
corrupción debería ser inmediato, a fondo y en todos los órdenes y niveles de
la administración pública. Una cruzada en este sentido va a ser,
seguramente, acompañada por la sociedad toda, pero sólo si se hace con seriedad
y sinceridad, no “pour la galerie” ni de manera cosmético-mediática. Hay que
tener mucha fuerza y convicción para hacerlo. Pero no es imposible.
Y no es lo único. Por caso las
políticas ambientales del kirchnerismo, que son horribles, deberán cambiar con
velocidad. Es imperativo acabar con el festival de pesticidas en todo el
territorio argentino, que escandaliza esta misma semana a la revista
estadounidense Mother Jones por sus pavorosas consecuencias (http://www.motherjones.com/tom-philpott/2013/10/argentina-cancer-cluster-pesticide).
Y la mismísima presidenta bien podría aceptar que
oponerse a las mineras depredadoras y prebendarias que destruyen la cordillera
y contaminan las aguas en varias provincias, no es oponerse a la minería.
Bueno sería, además, que los cercanos a ella la
resguarden y asesoren para que no se exponga
pronunciando discursos a diario; y para que se
concentre en la gestión y en las grandes decisiones estratégicas, que es, por
lejos, lo mejor que sabe hacer y lo que ha venido aprobando el pueblo
argentino.
Dos años de gobierno no son poco tiempo, aunque tampoco
demasiado. Habría que empezar los cambios de inmediato,
con el convencimiento de que es mejor hacerlos que mirar cómo se diluye la
arena en el reloj. "
Nota completa acá.
Gracias Mempo!
No sé que haríamos sin vos………
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